11 jul 2012

Desilusiones de colchón

Publicado por Unknown

 Irene (@palabrasazules en twitter) es una joven viguesa, autora del blog Azúcar y cenizas, una pequeña maravilla que ya tiene más de doscientos seguidores. Hoy, nos ha prestado este excepcional texto: una visión cruda y descarnada del amor (o, más bien, del desamor), de la soledad... Aquí tenéis estas Desilusiones de colchón.

Con la ‘A’ de amor, con la ‘B’ de un beso, con la ‘C’ de caricia, con la ‘D’ de deseo, con la ‘E’ de entrega, con la ‘F’ de facilidad y de felicidad. Con la ‘G’ de gloria, con la ‘H’ de hamor con ‘h’, de ese que supuestamente sería diferente pero siempre es igual.
Con la ‘I’ de ilusionarse, con la ‘J’ de joderse, con la ‘L’ de locura, con la ‘N’ de novios, con la ‘Ñ’ de ñoños.

En la cama todo se desvanece. Está sola, llorando. No existe nadie más en el mundo. Todos los demás son sombras, para ella están vacíos. Ella también se halla sin contenido interno, vacío emocional intenso fluye por su sangre. Y la contamina, joder cuántas lágrimas. En los cuentos siempre hay un principio triste y un final feliz. No puede ser, pero al final es.
Ella tuvo un principio perfecto, un cuento sin nudo, todo era un camino inmenso lleno de flores sin espinas, un camino sin relieve peligroso.
Pero ahora es el final del cuento.
El techo de la habitación es una manta negra ardiendo que cada vez aprieta más y más, como la ropa de años pasados. Se traga sus propias lágrimas y el delirio vuelve a comenzar.
Del corazón se extiende hasta el estómago; él ya no quiere recibir sustento. Pero qué tontería, qué gran tontería. Algo evitable ha sido inevitable.
La oscuridad consumiendo y los pulmones fallando despacio.
Cada vez más dolor, más sufrimiento. Cada vez más desvanecida. Esas punzadas le recuerdan el ‘te quiero’, el beso…
No existe la media naranja. Simplemente tienes derecho a creer en ella, tienes derecho a creer que la tienes, o a creer que la puedes llegar a tener. Tienes derecho a imaginar, a confundirte.
Todo estalla y la oscuridad, en su último y exitoso esfuerzo, se calla.
Sigue respirando, pero sus párpados bajados quieren decir algo. ‘No más.’
Ha sido como la muerte, con su retorcido placer ya incluido.

…Con la ‘O’ de ojos rojos, con la ‘P’ de un por qué, con la ‘R’ de rendirse, con la ‘S’ de saber, con la ‘T’ de un ‘te quiero’ grabado a fuego, con la ‘U’ de usar y tirar como si fuese un pañuelo, con la ‘V’ de valer, con la ‘Y’ de ‘yo y nadie más’, con la ‘Z’ de ya no me quedan palabras para el primer cuento realista terminado, y lo único que queda es dormir, aunque en este mismo instante nadie esté cerca, a tu lado.

1 comentario:

  1. Genial, sencillamente genial... Sólo felicitar a Irene porque sobran las palabras.

    Con la M de maravilloso, claro.

    ResponderEliminar