8 ago 2012

Cenicienta de Gijón

Publicado por Dani Rivera

Tremendamente arrebatadora. Apasionada y apasionante. Princesa amenazante de caballeros andantes. A diferencia de muchas, ama la sinceridad y detesta la mentira. Vital y soñadora, que diría.


Extraordinariamente extraña. Ella es amiga aunque sea de un equipo rival. Y no cualquier amiga, la amiga que todo amigo desea y la que cualquier persona anhela encontrar.

Qué más da lo que la gente diga si solo con lo que diga ella basta. Emocionalmente desordenada, nunca la ordenes nada, que se lo pierdes. Tan inestable como un castillo de naipes pero tan fuerte como los de las películas de vaqueros.

Ubicua, omnipresente, quizá más que el mismísimo Dios. Tiene el don y la virtud de estirar el tiempo y a la vez, cuando estás con ella, de que la aguja del reloj tenga que parar cada cinco minutos para coger aire.

Imprescindible, casi tanto o más como el mar en su Gijón. Imaginar un Valladolid sin ella o un mes sin verla es meramente desalentador. Imprescindible porque, por mucho que ella se empeñe en desaparecer, siempre hay gente que la necesita.

Eterna. Mucho más que Roma, cittá eterna. Millones de veces más. Eso sí, italianos no, que no les soporta, italiano sí, qué tendrá ese idioma que le hace tan irresistible. Eternamente enamorada de las películas de amor, eternamente desencantada de la vida real. Eternamente ella.

Romeo y Julieta quizá no existieron pero un amor así no tardará en llegar. Y la llegará. Quizá hoy, quizá mañana, o quizá hace dos años cuando conoció a aquel chaval. Quizá sea aquel, quizá éste o quizá sea el de más allá. Ojalá sea el segundo . Está tranquila porque ella de momento no le espera, pero llegado el momento le esperará.

Ojalá nunca llegue el día en el que, al doblar la esquina, la pierda para siempre de vista. Ojalá siempre esté ahí, al otro lado. Donde lleva años estando y de donde espero que, ojalá, no se vuelva a marchar.


Dani Rivera

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